La mielodisplasia o síndrome mielodisplásico es un trastorno de la médula ósea que afecta la producción de células sanguíneas sanas
La mielodisplasia, también conocida como síndrome mielodisplásico, es una enfermedad en la cual las células madre de la médula ósea no maduran adecuadamente. Como consecuencia, se produce una baja cantidad de glóbulos rojos, blancos y plaquetas, lo que puede derivar en anemia, infecciones frecuentes y sangrados.
CAUSAS DE LA MIELODISPLASIA
Las causas pueden ser desconocidas en muchos casos, pero algunos factores de riesgo incluyen:
– Exposición previa a tratamientos con quimioterapia o radioterapia
– Contacto con sustancias químicas tóxicas (como benceno)
– Trastornos genéticos
– Tabaquismo
– Edad avanzada (más frecuente a partir de los 60 años)
SÍNTOMAS MÁS COMUNES DEL SÍNDROME MIELODISPLÁSICO
Los síntomas pueden variar, pero los más comunes son:
– Cansancio persistente
– Palidez
– Mareos
– Dificultad para respirar
– Infecciones frecuentes
– Hematomas o sangrado fácil
– Manchas rojas en la piel (petequias)
¿CÓMO SE DIAGNOSTICA LA MIELODISPLASIA?
El diagnóstico suele realizarse mediante:
– Hemograma completo
– Estudio de médula ósea (aspirado y biopsia)
– Análisis citogenéticos
Es fundamental consultar con un hematólogo para confirmar el diagnóstico y establecer un plan de tratamiento.
TRATAMIENTOS DISPONIBLES PARA LA MIELODISPLASIA
El tratamiento varía según el tipo y severidad del síndrome, e incluye:
– Transfusiones de sangre
– Antibióticos (en caso de infecciones)
– Medicamentos estimuladores de la médula ósea
– Terapia inmunosupresora
– Trasplante de médula ósea (en casos seleccionados)
¿LA MIELODISPLASIA PUEDE CONVERTIRSE EN LEUCEMIA?
Sí, en algunos casos el síndrome mielodisplásico puede evolucionar hacia leucemia mieloide aguda. Por eso es importante un seguimiento médico constante y tratamientos adecuados para reducir ese riesgo.
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